El manejo de la Informática en la enseñanza de la Geografía en la actualidad la humanidad cuenta con inmensas fuerzas productivas. Las revoluciones tecnológicas en curso han alterado sustancialmente sus capacidades potenciales de generar bienes y servicios. Los avances simultáneos en campos como la informática, la biotecnología, la robótica, la microelectrónica, las telecomunicaciones, la ciencia de los materiales y otras áreas han determinado rupturas cuantitativas en las posibilidades de producción, ampliándolas extensamente.
Los avances de la informática constituyen, en opinión de muchos, uno de los hitos más relevantes en las últimas décadas. Su incorporación en las diversas actividades sociales supone un desafío de enorme trascendencia para el futuro de ellas. Un problema digno de ser investigado surge así cuando nos preguntamos acerca de los rasgos de ese proceso de asimilación de nuevas tecnologías, a través del cual se pueden poner de manifiesto la capacidad de adaptación de individuos y organizaciones.
La utilidad primaria de la Geografía es la de la gobernación de un país. No es posible gestionar un territorio sin conocer sus límites, sus peculiaridades, la distribución de la población sobre él, su riqueza, las actividades económicas, las formas de comercio, etc.; pero el análisis del territorio no es útil sólo para los poderes públicos, también las personas particulares pueden obtener mucho beneficio del conocimiento del territorio. Decisiones sobre dónde ubicar una empresa, y qué tipo de recursos ha de explotar necesitan de un estudio geográfico, aunque sea elemental. Hasta para hacer la compra es necesario saber adónde hay que ir.
Los estudios geográficos han estado, históricamente, en manos de los poderes públicos y las grandes empresas, que eran las únicas que se podían permitirse pagarlos, y podían sacar ventaja de ellos; pero en la era de la informática e Internet, estos estudios se han popularizado mucho y alcanzan a gran parte de la población. El comercio en Internet necesita de unos grandes almacenes en los que guardar la mercancía que venden, y de una red de distribución que lleve el producto a casa del consumidor. Conocer la ubicación de unos y otros es esencial.
Los estudios geográficos han estado, históricamente, en manos de los poderes públicos y las grandes empresas, que eran las únicas que se podían permitirse pagarlos, y podían sacar ventaja de ellos; pero en la era de la informática e Internet, estos estudios se han popularizado mucho y alcanzan a gran parte de la población. El comercio en Internet necesita de unos grandes almacenes en los que guardar la mercancía que venden, y de una red de distribución que lleve el producto a casa del consumidor. Conocer la ubicación de unos y otros es esencial.
En la era de la informática es posible tratar con eficacia grandes cantidades de datos, lo que nos permite un conocimiento geográfico mucho más profundo. Para gestionar todos estos datos se han desarrollado los Sistemas deInformación Geográfica (SIG), que han entrado a formar parte del acervo cultural de la población general. Existen muchos SIG, y en general se centran en los datos del propio país. Los más elementales funcionan por telefonía celular o fija y nos dicen (bajo demanda) dónde estamos y qué servicios tenemos más cerca: restaurantes, centros de salud, tiendas, etc. Algo más complejos son los SIG que funcionan a través de la red. El más popular quizás sea Google Maps que tiene información de todos los países del mundo, aunque la fiabilidad de esa información depende del grado de desarrollo del país. La mayoría de las naciones han desarrollado algún sistema similar para su propio territorio. En estas web, y con un tamaño mayor, es posible situarse dentro del mapa y ver los servicios que hay alrededor.
Existen, también, programas específicos que nos permiten no sólo conocer la información sino tratarla. El programa más elemental, en este sentido, es Google Earth, que tienen la ventaja de que se alimenta de la información ya recogida por Google maps pero permite tratar la información y conocer distancias, áreas, recorridos, etc. Más complejos son los SIG específicos para estudios geográficos, que permiten introducir y tratar la información objeto de estudio por el geógrafo, y no la que la empresa ofrece. Saber cómo tratar la información permite descubrir nichos de negocios, o problemas geográficos que antes no han sido revelados. El acceso de estos programas de manera libre a todo el mundo ya ha dado frutos espectaculares.
Por último el SIG más complejo es el que está basado en el GPS. El GPS (Sistemade Posicionamiento Global), en principio, sólo da la latitud y la longitud de un punto con gran precisión, pero este dato, combinado con un programa SIG del lugar, permite el uso de SIG en cualquier lugar. La mayoría de las editoriales que publican mapas de carreteras y planos de ciudades tienen un programa adecuado para usar en combinación con el GPS.
La eficacia de todo SIG depende de tener desplegada sobre el terreno una buena red de informadores que comuniquen los cambios que se producen en el paisaje lo antes posible.
Si la información del territorio ya era capital, desde la irrupción de la informática e Internet se está convirtiendo en central para gran parte de la población.
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